Esas mis palabras puestas
en boca de quien encarnan
valentía, heroísmo y gallardía.
Palabras que ensalzan un espíritu
vividor, luchador, invencible.
Y una escena aterradora
a ojos de quien la viese...
Apresadora secuencia de imágenes
en que no cabe tiempo revelador;
mordaces!, de un hombre que
fortisimamente se aferra a la vida,
cueste lo que cueste...
Y un destino deshumanizado;
frívolo, perverso, fiero...;
cual le apresó y encarceló
en aquel blanco y claustrofóbico
mundo de desesperación.
Tal vez una mano inocente
contribuyó a tal apresamiento.
Pues esta persona
permanecer sumergida quería
en su mundo de sensacionales colores.
Manita inocente
que lagrimea por recordar
esa ansiosa e imperante escena
cuyo ardor sanguinolento
la va consumiendo, quemando...
Pequeña manita de la cual,
este heroico hombre
se despedía sutilmente,
antes de que el tiempo le comentase,
que el madurar conlleva aprehender
las virtudes de aquel que es su padre.
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