Carta 39:

Mil vertientes en mi mente;

cuan intermitentes,

una inminente.

Cuando se trata de recordar que representaciones podemos esbozar. Azar. Una bruma parece entumecer mi mente, alzheimer?. Quisiera traer al presente algo inperceptible camino del subconsciente. Privación. Mi razón me delata al corazón subitamente apelarme en su desazón. Mi consciencia en la retrospección revela sensaciones llenas de un placer que ahora anhelante degusto en mi letargo en que un ritmo tenue, un boligrafo y un cuadernillo mi acompañan.

Cuardernillo que ensalza aquellas sensaciones camino de la perdición, reviviendo un único sentimiento, escenificandolo y asi cosificandolo, al cual mi mente incontenidamente desfarata con gran rabia haciendo renacer mil imagines de esta única representación. De la rabia pasamos al rencor y de ahi, en cuanto aquellas migajas de recuerdo dieron leves punzadas por ser cosechadas por una ruptura en rabia, a la frustración.

De alfileres de colores quisera disponer por encorchar cada una de estas imagenes y poder asi hilar la historia que al tiempo se deshilvana en pequeñas secuencias que agujerean el papel que las reveló. Mi razón cuestiona su subsistencia, de alfileres alentadores por sus colores carezco, cómo atrapar estas imagenes sin que su secuencia las dañe. Sensaciones que en imagenes venis, fugaces os marchais, y que angustiosamente os reprensentais inesperadamente en mi consciencia, cómo podría sino pediros que simplemente no convergierais, en dispersión os anhelo mas vuestra agrupación me martiriza en cada secuencia hilada por el amargor de tan solo aquel sentimiento que inminente se hace en una vertiente de mi mente.