Decae el tono anaranjado del atardecer despertando la brisa de la nocturnidad haciéndose eminente la noche para quien necesita de la humedad. Sus pies descalzos se deslizan lentamente por el cálido parqué hasta cruzar la línea divisoría q unen el pasillo del comedor y la cocina. En ese momento recorre su cuerpo una ligera sensación de alivio erizando cada espeso rizo del vello q encuentra a su paso. El hombre observa sus brazos mientras se sirve un vaso de fresca cerveza lo q le hace imaginar lo cómodo q se vería alejado de esa frialdad al acurrucarse rápidamente entre los paños q yacen sobre el sofá del salón. Quiere pronto dar dancadas pero algo le detiene, suena el timbre del portal.
Extrañado de nuevo inicia un nuevo rumbo con sus delgados pies, tropezando y dañándose uno de los bastos dedos gordos con un pequeño taburete q se encontraba al paso lo q le hizo pronunciar un desagradable berrido, joder!. Seguidamente responde al telefonillo: -si, quién es?-. Una dulce y leve voz de adolescente se pronuncia: - su vecina. Podría abrirme por favor-. El hombre algo anonadado abre la puerta del pequeño portal en q vive y baja las escaleras a prisa encontrándose de sopetón un bello rostro por el que caen unas negras y mojadísimas greñas. Ambos parecen estar algo extrañados, lo q no dura mucho dado la interrupción q propicia la joven con sus exacerbadas palabras: -me ha comentado mi madre q le dejó a su abuela las llaves de mi casa.(clara aun mas agitadamente tras una pausa)... Es q se ha ido de vaciones y yo acabo de llegar dar una vuelta por el barrio...- EL sigue impactado por lo q estaba sucediendo, pero al mismo tiempo le da por esbozar una pequeña carcajada, quizá esta producida por la forma en q la joven se pronunciaba. Esto incomodó a esa pequeña mujer la cual se presento con un silencio letargante. El hombre se disculpó y le comentó al tiempo con un tono sarcástico q cómo podría darle esas llaves sin saber si era realmente la propietaria del piso o familiar de la misma. Depués le propuso a la mujer un trato: -mira... mi abuela se encuentra en estos momentos domida, pero mis padres están al llegar. Si quieres, puedes pasarte más tarde, o bien esperar aquí hasta q lleguen-. La joven le mira algo apesadumbrada y resignada, le dice vale sin más. Pero este continua hablando: - si quieres puedes subir a casa y secarte un poco el pelo. Sino aquí cogerás un resfriado, parece hacer fresco. Es q yo aquí me toy congelando. Si no te importa subo para arriba, subes- . La joven tÍmidamente y con la cabeza gacha le dice q si, y le sigue a un ritmo pausado al piso. El abre la puerta y le cede el paso a la chica, ella aunq tímida accede con rapidez a la vivienda. Se lE nota cohibida, bien se queda paralizada en la entrada de la casa. Él le dice: -no te cortes mujer, puedes pasar al salón, ven-.
Decidido agarra una de las pequeñas manitas de la joven y en ese instante excita, su cuerpo se inunda de intranquilidad mas prosigue adelante hasta encontrarse ambos en el salón. Entonces le dice a la mujecita q puede acomodarse, q si quiere le puede dar el abrigo. La chica tímidamente se desprende del mismo y se lo dá. El lo deja sobre la encimera q más próxima le queda y toma asiento sobre el sofá, acurrucándose entre turquesas y suaves mantas q en el mismo encuentran. La joven permanece depié, y el le dedica una complice sonrisa. Al tiempo le dice: - mujer! ven aquí corre-, le estira del bracín y redime a su regazo arropando presuradamente el pequeño cuerpo de la muchacha. Vuelve a estresar, ya no es solo la proximidad sino lo q aquella mujer le transmite ese aroma, esa calidez q tanto deseaba antes de encontrarla, esas fragilidad q entraña cuidados, esos ojitos q auguran cariño, esa timidez q le embriaga y redime al mismo silencio en q ella permanece. Si no fuera porque no la conociera, pensaría q es amor loq pro ella siente. Su miradas cruzan timidamente mientras sus cuerpos parecen aproximarse. Las manitas de la pequeña hacen por percibir calidez, acariciando los riñones del varón y ascendiendo, pronunciando así un leve y relajante masaje sobre la espalda de él. Él no puede contener la excitación q esa pequeña mujer de enternecedora apariencia y acción le producen. Levanta a prisa del sofá intercambiando una extrañada mirada con la pequeña, el sonríe tímida pero persistentemnte. Parece comunicarle esta sonrisa algo... Él echa su mirada a la pelvis en lo q se ve desprovisto de calzones. Mientras recoloca sus verdes calzoncillos intenta rápidamente aclarar el suceso: - es q es q ... son sólo para estar en casa y están desgastados, vamos desgastados no, sino q ...-. La pequeña trata de calmarle: -no pasa nada. Si, q tienen la gomita estirada...- Él parece aliviar con esas palabra y dedica otra tímida sonrisa a la pequeña. La excitación q le poseía parece haberse esfumado, pero con nada más mirar el rostro de la pequeña le vienen a la conciencia mil formas de percibir sudor proveniente de esa bella y pequeña cosita mojada. En esos momentos dice resignado: -eres terrible chiquitina! eres terrible- quedando ella algo perpleja. Toma de nuevo asiento al lado de la joven, mirando al suelo e intermitentemente a los pardos ojos de la chica, y le comenta q sus padres están de vacaciones y q nunca llegaran a casa. Q fue una broma, pero q no pretendía q sucediera nada raro. Solo quería distraerse un rato y poder brindarle una solución a su cabello mojado. Ella le responde frunciendo el ceño, pero seguidamente le dice que es normal q no le quiera dar unas llaves q podrían no ser suyas. Ambos se ven de nuevo atrapados por el silencio, momento en q la pequeña estresa y comenta, me llamo Pepi, tu debes ser Mario no?. El responde secamente si , Mario.
La pequeña se aproxima a él, deslizando su dedito índice por el brazo de Mario. El la mira de una forma tímida pero deseando sus labios se besasen. Y así la pequeña fue regalándole leves besitos al rostro del joven, frente, ojitos, naricita, mejillas, barbillita, surco del labio, orejitas y recreandose en ellas toma cómoda asiento sobre el sexo de Mario, le sonríe y besa sus labios... Mario es impacapaz de atender a su conciencia y se regala a la pasión sosteniendo intensamente a la pequeña presionando su pecho contra los sugerentes pechitos de ella y así embriagándola con el leve jugueteo de sus lenguas. Él anima a Pepi a describir un leve movimiento sobre su sexo, mas ella presiona su sexo contra el de Mario intentado apreciar su robustez, excita por segundos y presiona cada vez más y más dejando q su espalda forme un arquito hacia atrás y percibiendo como las manos de Mario la sostienen mientras los verdes ojitos del mismo comtemplan la excitación de la pequeña al erizar sus pezones sin ser ni tan siquiera acariciados. El enloquece de pasión, la toma y tumba sobre el sofa, tomando asiento sobre las piernecitas de la pequeña sube el vestidín de la misma y abre con delicadeza sus pequeñas piernas. Asciende seguidamente con sus dedines por las mismas acariciando cada centimetro de esas blanquecinas patitas aproximándose a sus braguitas centrando su mirada en los ojos de la pequeña. Ella inquieta acaricia su cabello en lo q el prosigue y presiona el clítoris de la nena por encima de sus braguitas mientras ella echa la cabecita para atrás y sigue acariciando el cabello de Mario. Siguilosamente Mario despoja a la pequeña de sus braguitas y de nuevo separa sus piernecitas levemente acomonando cada una de las mismas sobre sus hombros procediendo a lamer el clítoris de Pepa realizando pequeños circulines interrumpidos intermitentemnte con extensos lametazos. Mientras el sigue implicando eninundarla de calor, ella piensa sobre q podría suceder, no quiere juguetear con el pene de su acompañente, está demasiado excitada... Encuanto el se dispone a penetrar la vaginita de Pepa con uno de sus dedos esta se incorpora un poquito. El nota q está algo incmoda, pero se pregunta porq y así lo pronuci:- q te pasa pequeña, hice algo q te molestó?-. Ella presuradamente dice q no, y enlentece y expone diciendo: - lo q pasa es q ... me gusaría hacer el amor contigo-. Él exalta un poquito pero tambien lo desea y así se lo hace saber: -si, a mi me sucede lo mismo, me encantaría hacer el amor contigo Pepa, aunq parezca absurdo me resultas una mujer muy tierna y buena-. Ella sonrie asumiendo q estas palabras tienen poco valor, pero al instante se ruboriza y expresa q nunca ha follado como tal con nadie, q no sabe ...
A él ello le enamora por completo y le dice q si está segura de querer hacerlo con él hirá con mucho cuidado y delicadeza. Entonces ella asiente con la cabecita y se dispone lentamente a acometer el coito. El azarosamente se despoja de sus calzones y pone el preservativo pero dedica gran tiempo a recoger la geografía de su pekeña compañia con besitos. Ella esta muy excita y lo único q hace es acariciar el cabello de Mario, tan solo desea q el mismo la penetre y puedda rápido percibir el sudor y el agitado inspirar del mismo, y más cuanto el sexo de Mario roza su clítoris una y otra vez aunq intermitentemente. Entonces situa sus pequeñas manitas en las suaves nalgas de Mario dispuesta a acercar el sexo del mismo a ella, pero en ese momento Mario pone rígidas sus nalguitas y sus piernas, detiene el movimeinto q estaba describiendo y le dice a la joven: -No, esto debería ser más especial, creo q mereces la pena Pepa, quiero conocerte ...- y prosigue con exacerbadas y enternecedoras palabras q se dirigen a la pequeña. Ella posa uno de sus dedines sobre los labios de Mario haciendole callar, le tumba y comienza a recorrer el cuerpecín del mismo con besines y caricias. Luego asciende a su orejita, mientras su mano acaricia su pene, y le dice: -esto no tiene porq terminar esta noche, quizá sólo sea el comienzo de algo bonito...- entonces toma asiento sobre él pero observando su pene al q dedica una mirada extrañada. Él la mira con mucha ternura, no entiede lo q está sucediendo pero presiente q será algo especial. Entonces acaricia los pexitos de Pepa y le comenta q así va estar algo incomoda y le cede el sitio. Ella se situará tumbadita mientras el con cuidado y precisión la penetra un pokito mientras mira consistentemente a los ojos de la pequeña. Ella aunq nerviosa está excitada y le desea cada vez más al tiempo el el pene de Mario le penetra un pokito y un pokito más hasta culminar esta secuencia con un pequeño ¡ais! con q Mario incomoda y pregunta: -estas bien?-. Ella dice: -si, no pasa nada. Q me has pillau -. Él se disculpa y no sabe si seguir, pero ella le hace saber q le encanta pidiéndole q siga. De nuevo Mario con delicadeza la vuelve a penetrar, pensando q está más excitado y erecto q nunca y deseando que la pequeña le pida agilizar el movimiento pero se pronuncia en los pequeños labios de la joven un cambio de postura. Le éndica q el estará abajo y ella tomará asiento sobre él, con ello se enfatiza el movimiento ascendentes descendente de tal modo en q ambos comienzas a sudar, casi sin poder sostener la cinturita de la nena Mario la levanta continuamnte de su pelvis pronunciando un humectante eco con ese movimiento. Ambos bañados en sudor comienzan a contener sus ansias de gemir, y es Mario quien desencadena este intercambio de emociones, un mm , un aa, chikitina, mm mario... q parece extenderse en la concienca de la pekeña y por lo q la misma confunde el pequeña pequeña... con la pausa, precitando q Mario la agarre posesivamente y la eleve y descienda más vigorosamente q nuca dejando q ella desvanezca a termino en su pecho...
Transcurridos unos segundos ella comenta: creo q al timbrar me prejuzgaste. Ese joder te fastidió el dedito por lo visto.... ta hinchau!
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