Como darle despedida al verano,
tras cuantas veces hemos despertado
infiltrandose sus cálidos rayos
sobre aquel ventanal amarronado.
Yacemos plácidamente adormecidos
sober aquella posadera del olvido,
en la cual nuestros sentidos aturdidos
nos hacen presumir por vernos dormidos
Su calidez nos redime al arroparnos,
mas sus destellos nos hacen rebelarnos
posandose puños sobre los párpados
frotansdose sin cesar por despertarnos.
Despiertos y entusiasmados nos alzamos,
nuestro ojos pronto quieren deleirtarnos
a aquel bonito amanecer observando,
que rápido querrá andando brocearnos.
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