Y para él se pronunciaron en la calurosa noche estas palabras:
"Por Dios! Le amo, le ... amo..."
Palabras que con timidez se desplazaron a la conciencia,
operativizando emociones furtivas,
con el claro y pausado testimonio de mis labios.
Furtivas, tímidas, poderosas, aventuradas.
Sí!, aventuradas emociones que de imprevisto,
me hacen de su existencia testigo,
a espensas de desencadenar aquellos sentimientos,
por los cuales me concibo simplemente alegre,
entusiasta, eufórica, exaltada, contenta...
Y tal vez profunda y CIEGAMENTE enamorada
A mi VIEJUNITO
P.d: No se cuánto me costaría reconocer
caer en el enamoramiento
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